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9 de junio de 2012

Libros "clásicos"

¿A qué me refiero con libros "clásicos"? Cuando digo libros "clásicos" me refiero a libros que son conocidos por muchísimas personas de diferentes edades, leídos en todo el mundo y que nos enseñan diferentes valores. En esta entrada, les voy a hablar sobre El Principito y El caballero de la armadura oxidada. Creo que son libros que podemos interpretar a nuestra propia forma, y podemos reflexionar mucho con ellos.




El Principito

Este libro, escrito por Antoine de Saint-Exupéry, lo leí hace unos tres o cuatro años. Recuerdo bastantes cosas del libro, a pesar de haberlo leído hace tanto tiempo. Seguramente, si lo volviera a leer ahora, lo interpretaría de una forma diferente. Podría interpretarlo de una forma más madura, pero también, quizás lo vería de una forma menos "sabia", porque como expresa el libro, los niños tienen una sabiduría que se puede ir perdiendo a medida que crecemos. Igualmente, creo que esto depende de cada persona; yo, por ejemplo, considero que no he cambiado mucho. Me gustaría terminar mi corta reflexión sobre este libro con esta hermosa frase, con la que estoy muy de acuerdo: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos.

El caballero de la armadura oxidada

Comencé a leer este libro escrito por Robert Fisher a finales del 2010, pero por alguna razón que no recuerdo, dejé de leerlo. Leí el libro por completo más o menos un mes atrás, y me encantó. Estaba en la biblioteca del liceo, mirando los libros y buscand
o alguno para leer en lectura recreativa (40 minutos dedicados a la lectura :D), cuando vi este libro y recordé que había leído una parte un tiempo atrás. Quise leerlo completamente, entonces lo pedí prestado. 



Si han leído el libro, sabrán que el caballero quedó atrapado dentro de su armadura, que su familia prácticamente no lo conoce, y que debe buscar a Merlín para poder deshacerse de esos metales que lo atrapan. Al encontrarlo, debe atravesar tres castillos: el Castillo del Silencio, el Castillo del Conocimiento, y el Castillo de la Voluntad y la Osadía. Personalmente, si yo tuviera que atravesar algún castillo en especial, desearía atravesar el del Conocimiento.


El libro me ayudó a comprender ciertas cosas, por eso me gustó tanto. Está repleto de metáforas, que cada uno puede interpretar a su manera.
Saludos,

Viki.

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